LA INNOVACIÓN EDUCATIVA, MÁS QUE UNA CORRIENTE PEDAGÓGICA, UNA FORMA DE VIDA.
La idea de innovación educativa ha estado equivocadamente asociada a la introducción de nuevas tecnologías en el proceso de enseñanza-aprendizaje, con el objetivo de modernizar y aumentar el prestigio del centro escolar.
La idea de innovación educativa ha estado equivocadamente asociada a la introducción de nuevas tecnologías en el proceso de enseñanza-aprendizaje, con el objetivo de modernizar y aumentar el prestigio del centro escolar.
Aulas con soportes informáticos de última generación, pizarras digitales, tabletas, y otros dispositivos tecnológicos que el maestro o maestra han adaptado a su forma tradicional de trabajar en el aula sin aportar nada nuevo, ningún cambio.
La innovación educativa no tiene nada que ver con la implementación de las TIC´S, sino con un cambio estructural en el proceso de enseñanza-aprendizaje, una renovación pedagógica que implique ideas, procesos y estrategias, con una continuidad en el tiempo, y cuyo objetivo sea modificar sustancialmente la realidad educativa actual; hasta el punto de que el fin en sí mismo de la educación sea “crear” ciudadanos críticos, reflexivos, creativos, una educación adaptada a las diferencias individuales de cada persona.
En este panorama educativo podemos encontrar dos modelos de innovación educativa: el primero sustentado y alentado por el modelo económico capitalista, con un enfoque tradicional y técnico-academicista, que persigue la transformación del ser humano como parte integrante de un “rebaño colectivo” donde se alimenta la competitividad y el individualismo y se anula la creatividad y la solidaridad. El segundo, basado en un enfoque reflexivo-crítico, con ideas más progresistas sobre la educación y con la intención de generar pensamientos integradores y creativos en las futuras generaciones.
La puesta en práctica de este modelo innovador en el proceso de enseñanza-aprendizaje encuentra dificultades, ya que requiere mucho esfuerzo por parte de la comunidad educativa, al ser un proceso a largo plazo. A esto se une que algunas teorías innovadoras son excesivamente idealistas, y carecen de metodologías para su puesta en práctica.
Otro obstáculo que encontramos a la aplicación de la innovación educativa, es la oposición del sector más conservador, que sostiene que este tipo de pedagogía es la causante del fracaso escolar.
A estos dos obstáculos cabe añadir una serie de factores que dificultan la innovación educativa, unos intrínsecos al propio docente, como son la actitud, el pensamiento y la cultura docente, y otros extrínsecos, como son el ambiente y las condiciones laborales en que se desarrolla su labor docente.
A estos dos obstáculos cabe añadir una serie de factores que dificultan la innovación educativa, unos intrínsecos al propio docente, como son la actitud, el pensamiento y la cultura docente, y otros extrínsecos, como son el ambiente y las condiciones laborales en que se desarrolla su labor docente.
Como obstáculos intrínsecos podemos destacar la acomodación del docente a la forma habitual, tradicional y rutinaria. La toma del aula, por parte del docente, como un territorio de su propiedad, y que organiza sólo según su criterio, y la ausencia de una correcta formación del profesorado, que sólo está capacitado para la mera transmisión de conocimientos, sin adaptarse a las necesidades específicas de cada alumno y del entorno donde se desarrolla.
Por otro lado, los obstáculos extrínsecos con los que nos encontramos son: la división dentro del entorno escolar de los propios profesionales, formando grupos entorno a su especialidad, buscando situaciones de poder y pensando más en su interés propio que en el bien de la comunidad educativa. Además, para poder implementar las innovaciones educativas, es necesario que haya un clima laboral de confianza.
Otro problema, de surgimiento relativamente reciente, es que se carga a la escuela con responsabilidades y labores que le hacen perder su función educativa, bien por dispersión, o bien por falta de tiempo. Por ejemplo, se encarga a la escuela labores propias de los agentes sociales o las familias, y se sobrecarga al profesorado con labores administrativas intensas, conforme a la legislación educativa vigente, más preocupada por documentar los resultados, que por ejercer una labor pedagógica eficiente.
Para que se produzca una innovación educativa son necesarios diez requisitos, que el autor, Carnobell Sebarroja, J, cita de forma tan clara y concisa, que sería pretencioso citar de otra
manera, no obstante, hemos creído conveniente, reflejar en este documento:
– Mantener un equilibrio entre los intereses del profesor, el desarrollo de la escuela y el
desarrollo del alumno y alumna.
– Coherencia entre la idea de innovación y su aplicación práctica
– La innovación no es la mera aplicación en el aula, sino un proceso complejo, en el que
hay un asesoramiento, un proceso de reflexión, de investigación, de formación y, por
último de evaluación.
– La eficacia depende de las ayudas recibidas.
– Siempre debe adoptarse una actitud positiva y de crítica constructiva ante las
dificultades.
– No será un camino fácil, y el docente debe asumirlo como un reto, ver una oportunidad
donde otros verían un problema.
– Es un proceso a largo plazo.
– La base de la innovación es la cooperación.
– Toda teoría innovadora debe tener una aplicación práctica.
– Abanderar las innovaciones, y defender su valía, buscando un reconocimiento público,
para ayudar a su generalización social.
La innovación comienza con un cambio de mentalidad en la población, tanto a nivel individual como a nivel grupal, una vez que el cambio está integrado en el pensamiento social, se aplica en el centro educativo, a través del proyecto educativo de centro, que recoge la filosofía de pensamiento innovador, crítico y reflexivo. Por último, y como reto, el modelo democrático sale fortalecido con la escuela innovadora, pues necesitamos ciudadanos participativos, dialogantes, implicados en un estado social y de derecho, y, no podemos pretender que esto sea fortuito, debe trabajarse desde la escuela, por esto, los ciudadanos que fortalecen la democracia comienzan a fraguarse en la edad escolar.
La innovación está y pasa también por la familia, que, en la mayoría de los casos, recibiendo una información y formación al respecto de esta filosofía, colaborarán para llevarlo a cabo.
La escuela innovadora está integrada en su entorno, en su comunidad, en su barrio, en la naturaleza y la etnología de su ciudad, cohesionando en una sola realidad.
No todos los profesionales de la educación podrán estar al frente de esta escuela innovadora, la innovación requiere de la profesionalidad docente, el profesorado es el guía, el mediador en el proceso de enseñanza-aprendizaje, para el docente innovador los problemas son oportunidades de crecimiento, la docencia deja de ser una profesión para convertirse en una forma de vida.
Este artículo de Carbonell Sebarroja nos acerca al concepto de innovación educativa, no sólo como un movimiento educativo, sino como un movimiento social. La innovación es una forma de vida, es la aplicación del progreso, la libertad, la igualdad de todos y todas sin olvidar sus características individuales, lo que nos hace únicos, y a lo que la escuela debe adaptarse para llevar a cabo el proceso de enseñanza aprendizaje. La escuela innovadora no es sólo una escuela, es un entorno donde los niños y niñas se desarrollan en armonía. La innovación debe ser capaz de poner en práctica estos pensamientos, debe ser capaz de hacer de los ciudadanos y las ciudadanas personas críticas, reflexivas y cuestionadoras, trabajar en el presente para mejorar el futuro.
Para nosotros lo más significativo es la conexión entre la escuela innovadora y la democracia participativa, cómo los ciudadanos y ciudadanas del futuro, los demócratas, las demócratas, comienzan a formarse en la escuela innovadora. Y como, el sistema actual, conocedor de la importancia de la escuela en la formación y desarrollo del individuo, se ha valido de este para formar a ciudadanos y ciudadanas pasivos, que no cuestionan, que no reflexionan, homogéneos, y en los que resaltar por encima del resto, bien por creatividad o bien por diferencia, está socialmente penalizado.
Nos surge como reflexión la dificultad de la expansión de esta forma de hacer escuela, ¿cómo podría llegar a todos los docentes en ejercicio, a los poderes públicos, a todas las familias, y a todos los estudiantes, no sólo de magisterio, sino de cualquier otro campo, LA INNOVACIÓN EDUCATIVA como corriente de pensamiento que es urgente aplicar?, especialmente en nuestro país, donde es tan necesario, como urgente, dignificar la profesión del docente. La implicación a nivel político es fundamental para garantizar el comienzo de este proceso de cambio. Así mismo, creemos que es muy importante la formación continua del profesorado en ejercicio, así como garantizar desde las escuelas universitarias de magisterio que sólo ejerzan como maestros quienes participen de esta corriente filosófica, y posean verdadera vocación para llevarlo a cabo.
Las utopías son como las estrellas, inalcanzables, pero nos guían el camino.(Platón)
KOULUTUS
GRUPO B4
MAGISTERIO EDUCACIÓN INFANT